Esta industria crece y suma nuevos actores. Escuelas para surfistas, fabricantes de ropas y trajes, así como de tablas. Una industria que ya genera varios millones en exportaciones.
Son las seis de la mañana y sobre el acantilado de la Costa Verde en Lima se distinguen diminutas figuras envueltas en ajustados trajes intentando desafiar las olas. Unos ya conocen la velocidad del agua y otros intentan aprenderla.
Es medio día en la playa Pico Alto, en Punta Hermosa, aquí se erigen las olas más largas del mundo, según los entendidos.
Son las cinco de la tarde en las playas del norte. En Piura el sol no da tregua, tampoco las olas. Los surfers de varios rincones del mundo llegan al Perú en busca de recorrer, tabla en mano, sus costas.
La revista gratuita "Sport Week", una de las más importantes de Francia, leída por más de un millón de personas, escogió al Perú como escenario para un reportaje en el que recomienda visitar la deliciosa playa de Huanchaco, en Trujillo.
Miguel Vegas, uno de los dueños de la escuela para tablistas Olas Perú, sabe que aquí hay un negocio, y que el fenómeno cobró protagonista con las hazañas marinas de Sofía Mulanovich.
El negocio de este ex campeón nacional de tabla no es solo la enseñanza de los secretos del mar, sino que ya incluye la promoción del país como un destino para tablistas.
Según el Perfil del Turista Extranjero 2007, el 2% de los turistas que vinieron al Perú realizaron surf. Es decir, un aproximado de 36,247 personas.
En promedio, un turista que viene a practicar surf se queda entre 10 días y dos semanas, afirma Vegas, quien en una investigación realizada años atrás identificó a cerca de 315 playas en todo el litoral aptas para practicar este deporte.
"En algunos casos, un turista puede pagar hasta US$ 1,000 y US$ 800 al día, que incluyen una casa de playa, una camioneta 4 x 4 y un instructor. En algunos casos, se recorren distintas playas", señala Vegas.
Hacedor de tablas
Detrás de este deporte no solo hay miles de historias, años de tradición, sino todas las variantes de un negocio que no para de crecer. Literalmente, hay una seguidilla de olas de cifras que no dejan de sucederse. El mundo del surf y todos sus protagonistas mueven millones.
En enero, Adex reveló que el Perú exportó tablas de surf por US$ 329 mil entre enero y noviembre del 2008. La cifra es significativa, si se tiene en cuenta que en el 2005 se vendieron menos de 200 tablas.
Rodolfo Klimax es parte de esta cadena. Junto a él hay otras nueve casas que fabrican tablas. En su caso, la tercera parte de la producción de Klimax va al exterior.
El precio de las tablas de Klimax fluctúa entre US$ 350 y US$ 560. Al año, realizan dos mil tablas, 180 ó 200 por mes.
El gerente general de Belech, Carlos Echecopar, que produce las tablas Sunset al igual que sus pares de Klimax ven como la más importante competencia a los productos del Asia, sobre todo los de China. Este mercado produce tablas a mitad de precio. La competencia ha obligado a la industria peruana al cambio. Es decir, a dar mayor valor agregado, personalizando cada detalle del producto.
Belech exporta a Chile, Ecuador, Argentina, Venezuela y Costa Rica, así como a Inglaterra y a algunos países de Centroamérica.
Cuestión de trajes
La tabla es un deporte que crece. Cada año entre turistas y peruanos cerca de 100 mil personas la practican. Cada uno de los actores involucrados en este mercado afirma que este crece alrededor de 10% anual.
Y es que en el mundo de la tabla, pocos saben que el Perú es un mercado aún pequeño, pero que cobija a toda una industria, que va desde la fabricación de tablas, pasando por la confección de accesorios indumentaria y de toda una moda, que se vende al mundo.
Ricardo Bouroncle Bustamante, director gerente de Boz, es parte de esta ola. Boz es el nombre de la marca de trajes para surfistas más antigua del Perú. La empresa fue creada en 1972. En promedio, un traje cuesta US$ 200 y los de menor precio US$100. Un detalle es que los wetsuits se hacen completamente a mano.
La empresa de Bouroncle fabrica entre cinco mil y 10 mil trajes al año, de estos se exporta el 20%. "Exportamos a Chile, Argentina, Sudáfrica, Estados Unidos, ahora apuntamos a crecer en Estado Unidos y entrar entre España y Francia", detalla.
Mientras Bouroncle trabaja wetsuits, la idea de Dunkelvolk es la de vestir al tablista fuera del agua. El gerente de marketing de esta compañía es Micky Zúñiga.
Y, como al inicio de esta historia, todo está lleno de cifras. Dunkelvolk plantea dos colecciones anuales. Lo que más producimos son los polos básicos, son casi el 60% de la participación, las topas de baños, las camperas (casacas). "El año pasado vendimos 120 mil polos básicos, de los que exportamos 36%", añade.
Micky Zúñiga, al igual que cada uno de los actores de este informe practican tabla. Su negocio es también su hobby. El mar es el testigo de ello.
Son las seis de la mañana y sobre el acantilado de la Costa Verde en Lima se distinguen diminutas figuras envueltas en ajustados trajes intentando desafiar las olas. Unos ya conocen la velocidad del agua y otros intentan aprenderla.
Es medio día en la playa Pico Alto, en Punta Hermosa, aquí se erigen las olas más largas del mundo, según los entendidos.
Son las cinco de la tarde en las playas del norte. En Piura el sol no da tregua, tampoco las olas. Los surfers de varios rincones del mundo llegan al Perú en busca de recorrer, tabla en mano, sus costas.
La revista gratuita "Sport Week", una de las más importantes de Francia, leída por más de un millón de personas, escogió al Perú como escenario para un reportaje en el que recomienda visitar la deliciosa playa de Huanchaco, en Trujillo.
Miguel Vegas, uno de los dueños de la escuela para tablistas Olas Perú, sabe que aquí hay un negocio, y que el fenómeno cobró protagonista con las hazañas marinas de Sofía Mulanovich.
El negocio de este ex campeón nacional de tabla no es solo la enseñanza de los secretos del mar, sino que ya incluye la promoción del país como un destino para tablistas.
Según el Perfil del Turista Extranjero 2007, el 2% de los turistas que vinieron al Perú realizaron surf. Es decir, un aproximado de 36,247 personas.
En promedio, un turista que viene a practicar surf se queda entre 10 días y dos semanas, afirma Vegas, quien en una investigación realizada años atrás identificó a cerca de 315 playas en todo el litoral aptas para practicar este deporte.
"En algunos casos, un turista puede pagar hasta US$ 1,000 y US$ 800 al día, que incluyen una casa de playa, una camioneta 4 x 4 y un instructor. En algunos casos, se recorren distintas playas", señala Vegas.
Hacedor de tablas
Detrás de este deporte no solo hay miles de historias, años de tradición, sino todas las variantes de un negocio que no para de crecer. Literalmente, hay una seguidilla de olas de cifras que no dejan de sucederse. El mundo del surf y todos sus protagonistas mueven millones.
En enero, Adex reveló que el Perú exportó tablas de surf por US$ 329 mil entre enero y noviembre del 2008. La cifra es significativa, si se tiene en cuenta que en el 2005 se vendieron menos de 200 tablas.
Rodolfo Klimax es parte de esta cadena. Junto a él hay otras nueve casas que fabrican tablas. En su caso, la tercera parte de la producción de Klimax va al exterior.
El precio de las tablas de Klimax fluctúa entre US$ 350 y US$ 560. Al año, realizan dos mil tablas, 180 ó 200 por mes.
El gerente general de Belech, Carlos Echecopar, que produce las tablas Sunset al igual que sus pares de Klimax ven como la más importante competencia a los productos del Asia, sobre todo los de China. Este mercado produce tablas a mitad de precio. La competencia ha obligado a la industria peruana al cambio. Es decir, a dar mayor valor agregado, personalizando cada detalle del producto.
Belech exporta a Chile, Ecuador, Argentina, Venezuela y Costa Rica, así como a Inglaterra y a algunos países de Centroamérica.
Cuestión de trajes
La tabla es un deporte que crece. Cada año entre turistas y peruanos cerca de 100 mil personas la practican. Cada uno de los actores involucrados en este mercado afirma que este crece alrededor de 10% anual.
Y es que en el mundo de la tabla, pocos saben que el Perú es un mercado aún pequeño, pero que cobija a toda una industria, que va desde la fabricación de tablas, pasando por la confección de accesorios indumentaria y de toda una moda, que se vende al mundo.
Ricardo Bouroncle Bustamante, director gerente de Boz, es parte de esta ola. Boz es el nombre de la marca de trajes para surfistas más antigua del Perú. La empresa fue creada en 1972. En promedio, un traje cuesta US$ 200 y los de menor precio US$100. Un detalle es que los wetsuits se hacen completamente a mano.
La empresa de Bouroncle fabrica entre cinco mil y 10 mil trajes al año, de estos se exporta el 20%. "Exportamos a Chile, Argentina, Sudáfrica, Estados Unidos, ahora apuntamos a crecer en Estado Unidos y entrar entre España y Francia", detalla.
Mientras Bouroncle trabaja wetsuits, la idea de Dunkelvolk es la de vestir al tablista fuera del agua. El gerente de marketing de esta compañía es Micky Zúñiga.
Y, como al inicio de esta historia, todo está lleno de cifras. Dunkelvolk plantea dos colecciones anuales. Lo que más producimos son los polos básicos, son casi el 60% de la participación, las topas de baños, las camperas (casacas). "El año pasado vendimos 120 mil polos básicos, de los que exportamos 36%", añade.
Fuente: ADEX
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